miércoles, 6 de julio de 2011

León Ferrari, Arte, cultura popular e industria cultural



León Ferrari es un artista que por su irreverencia, la crítica y su falta de temor ante la censura se encuentra en un lugar muy importante dentro del arte mundial.  La política Es el objeto a ridiculizar en este montaje que genera humor pero también reflexión por la forma en que se da la obra. El polémico ex presidente de Estados Unidos George Bush es para muchos un símbolo más del imperialismo norteamericano.  El que un balón de fútbol sea pateado por él, sería algo muy raro, mientras un balón con la forma del globo terrestre no. Su legado más grande fueron las invasiones en tierras lejanas para llevar a cabo guerras, guerras que se llevaban a cabo mientras él "trabajaba", esto quiere exponer el artista que tiene una posición política antifascista. El artista posiciona a Bush en las nubes que podría indicar que Bush es un personaje que vive en un lugar fuera de la realidad, una persona que no tiene los pies en la tierra, que no tiene discernimiento alguno sobre lo que ordena. Su atuendo que es una estandarización del ideal de hombre con buen empleo, responsabilidad y seriedad, se ve interrumpido por la posición de su cuerpo que está en un estado atlético, retratando un personaje que juega con el mundo pero que lo hace con mucha seriedad y disciplina. El artista también critica la posición social frente al imperialismo, el hecho de que la esférica haya sido pateada indica que está a merced del “jugador”, la sociedad acepta esto sin ningún interés de cambio y se convierte en un juguete con el cual la  figura política puede jugar y sacar provecho de esa inconsciencia.  



Este objeto que ha creado el artista en una cultura latinoamericana tan cristiana genera sin lugar a excepción algo de controversia en el público. El artista permite reflexionar sobre el papel de la religión frente al consumo y el ideal de estilo de vida que propone la religión. Cada vez es más evidente que la religión está perdiendo seguidores por la forma en la que se presenta a la sociedad, hoy en día y especialmente para las personas más jóvenes la religión no tiene mucho para ofrecer en términos de espiritualidad y se convierte en un producto más que es presentado en la sociedad. El artista tiene varias creaciones de este tipo, en el cual lo sagrado ha perdido credibilidad y se puede elegir si se consume o no al igual que cualquier vegetal que necesite ser rayado para su consumo. La pérdida del sentido religioso tiene mucho que ver con lo que establece el cristianismo relacionado con la vida eterna y el lugar más indeseable, el infierno. Estas dos ideas chocan con lo que es la sociedad del consumo, básicamente lo material y lo inmediato. La explotación de la sociedad que la iglesia ha tenido a través de la historia se materializa hoy por medio de productos industriales que son planeados con fines económicos; no se escucha a menudo que la iglesia pase por momentos de dificultad económica o de ninguna insostenibilidad. La religión al igual que la política está basada en el establecimiento de ideas especialmente en las masas populares para tener autoridad que proporciona una conformidad en realidad vacía.




La obra que tiene como título “Dios” sugiere la presencia del mismo, “la mano de Dios” que se encuentra en todo lugar. Las diferentes posiciones de las manos marcan las acciones que Dios realiza sobre la sociedad que al parecer por los lineados desordenados y poco coherentes no tienen efecto. La sociedad está sumergida en un caos que ni Dios puede reparar, haciendo intentos de involucrarse en el tejido de redes que se crean en las comunidades, se ve enredado en los conflictos y en otras ocasiones ausente y solitario pero en ambos casos con falta de efecto. Está exponiendo el papel de Dios en la sociedad y el uso de Dios en la sociedad, se le necesita en ciertos momentos y en otros es mejor que no se involucre. Es acertado este acercamiento en relación a lo sagrado, una tradición que está perdiendo terreno es la idea de la espiritualidad, la cual se ve afectada por la elección del sentir la emoción por algo menos etéreo y más mundano. Si las líneas son la sociedad hay mucha fuerza y debilidad, saturación y vacíos, que se transcriben en la tristeza y felicidad, la guerra y la paz, la vida y la muerte. En la obra parece que la búsqueda espiritual es algo más colectivo que individual y de esa forma lo sagrado pierde su legislatura en esta sociedad.  




sábado, 2 de julio de 2011

Masacre de las bananeras


En esta obra se hace una revisión crítica de la memoria, la masacre de las bananeras es un hecho histórico del cual no hay imágenes especificas o una documentación rígida, se conoce mucho de esto gracias a los relatos de escritores como García Márquez, Álvaro Cepeda, el caricaturista Rendón, historiadores, sobrevivientes y autoridades. La obra que se aprecia tiene una función social crítica y denunciativa, no solamente frente a aquella despiadada masacre, también frente a la industria colombiana que se ve dictaminada por la empresa capitalista norteamericana. La multinacional United Fruit Company de Boston que a principios del siglo XX ya tenía control sobre la zona del Magdalena Medio explotaba de manera "astuta" a los empleados por medio de contratistas que también incumplían con los pocos acuerdos establecidos. En esta obra no se ve el logotipo de la empresa United Fruit Company, se ve claramente el logo de Chiquita Brand, que pasó a manos de una sociedad norteamericana en 1967 en la cual está el ex presidente George Bush, haciendo referencia a lo ocurrido por los grupos paramilitares que eran subsidiados por las mismas empresas norteamericanas para proveer seguridad a sus funcionarios y  cometer asesinatos hacia los líderes sindicalistas de la zona, masacres y desplazamiento de personas. El sufrimiento de esta situación que a fin de cuentas es repetitiva a principios de siglo y a finales de siglo, se ve reflejada en esta obra que indica que del plátano no sale nada bueno para el pueblo trabajador, solo produce violencia, asesinatos, corrupción, una veneración por parte del estado a la industria Estadounidense y finalmente pobreza, ignorancia, segregación y estancamiento para el pueblo. En esta obra hay una politización del arte en la cual se denuncia la corrupción que genera el capitalismo desbocado, una crítica frente a las relaciones de producción que mantiene empobrecido al pueblo, los disparos por la espalda advierten una traición por parte de las autoridades contra su propio pueblo, la desnudez refleja la pobreza, fragilidad y humildad en la que viven las personas de poblaciones en la cual las oportunidades laborales se encuentran en empresas en las cuales las condiciones son poco dignas. La masacre de las bananeras de la cual no hay un reporte exacto de víctimas que se dice oscila entre dos mil y tres mil campesinos es un suceso que tiene poca recordación, los fines políticos y económicos de la época hicieron un intento de minimizar tal atrocidad que según reportes continuó con el asesinato de otros líderes sindicalistas y miembros del partido socialista revolucionario.  Hasta ahora en los últimos años con documentales, crónicas y creaciones estéticas más tradicionales se le está dando la importancia que tiene en la historia gris del pueblo colombiano.


1928 - Soldados antes de la masacre.


Esta es una de las pocas fotografías relacionadas con lo ocurrido en 1928, acá lo que se hace es testimoniar que el pie de fuerza de los militares aunque menor en número de hombres era mayor en poder de ataque bélico, informes datan que unos 300 hombres guiados por el coronel Carlos Cortés Vargas fueron los encargados de abrir fuego y que según el mismo general en entrevista para El Espectador del 12 de Diciembre –“la primera descarga se hizo sobre una multitud obrera inerme y pacífica”, esto clarifica que el interés de los Estadounidenses era muy firme y se traducía en el actuar de los militares que obedecían órdenes. Gracias a esta fotografía el imaginario puede volar y de esa manera transmitir lo que fue un acto salvaje lleno de barbarie. El evidente fascismo que busca la dominación de la masa es perpetuada en este caso por medio de la violencia, no hubo tregua ni negociaciones, se le quitó el valor humano a esas personas que simplemente eran explotadas. La industria colombiana de la época se basaba en eso, se basaba en la reducción del valor humano y no había ningún tipo de orden o relación acorde al trabajo realizado, por eso las peticiones de los huelguistas eran muy simples: seguro obligatorio para trabajadores, seguro de accidentes y habitaciones higiénicas. Esto era lo que pedían y contemplaba la ley pero los trabajadores no tienen la misma importancia y no pueden ejercer sus derechos en una postura fascista.
La memoria de los colombianos es muy reducida en cuanto a hechos de violencia se refiere, en las clases de historia no se hace una concientización del tema tratado, se realiza un procedimiento mecánico que se enfoca en la evaluación de fechas, nombres e información que no generan una reflexión profunda y se disminuye en la conciencia del estudiante la importancia de un análisis crítico. Así van llegando las nuevas generaciones con mucha desinformación, más conocimientos de otras culturas e intereses banales que a su vez aportan mediocremente a la sociedad.     

Martha Rosler - Photo Op


La obra de Rosler “Bringing the war back home” hecha en la época de la guerra de Vietnam entre el 67 y 72 tiene vigencia en contra de la guerra y se afianza con la nueva serie de montajes hechos por la artista en 2004 haciendo alusión a lo que aún ocurre en Medio Oriente. “Photo Op” del 2004 tiene esa misma línea de mostrar lo que para el público en general es algo hermoso y bello, contrastando con algo horrible y brutal. Esta disparidad representa una pesadilla dentro de lo que se podría llamar “el sueño americano”. Los medios de comunicación y la moda tienen un papel importante  en el cual la imagen socialmente preconcebida de la mujer bella se ve rodeada de objetos que también tienen relación con esa idea de lo estético en un hogar. La individualidad está plasmada por la imagen de la mujer que evoca moda, sexualidad y modernidad, criticando así el rol de la mujer, su disponibilidad sexual y egolatría, sus pensamientos y vivencias en momentos de guerra, generando una reflexión de la relación entre política y guerra con la moda y el espacio doméstico. Los medios de comunicación se han encargado de separar dos partes de la cultura que son la guerra y el hogar, lo privado y lo público, lo que ocurre aquí y lo que ocurre allá.
La obra evidencia la desinformación de los medios de comunicación que se basan en la moda, lo que está a la vanguardia y otras cosas que eficazmente distraen a la sociedad y la abstraen de lo que debería ser una genuina unión social, una sensibilidad política y en su mejor efecto un compromiso social. En la obra hay una invasión de la guerra en el hogar, la imagen conmemora la deshumanización del hombre con los niños muertos, pero al parecer el bombardeo de los medios es más atinado ya que mantiene inadvertida a la sociedad. Las bombas, los tanques, el irritante sonido de aviones y ametralladoras no es capaz de despabilar a la gente que se encuentra en su casa, lo que ocurre afuera no es de índole personal, no afecta, mas bien relega todo aquello negativo que ocurre para que no altere su estado de aparente paz y tranquilidad. En la obra está expuesta la estética del hogar, que no es solamente un lugar que se habita para ciertas actividades, los elementos que están allí definen la forma de pensar, los roles y jerarquías, en este caso el decorado está basado en lo moderno, lo minimalista, al espacio abierto con un gran ventanal el cual tiene una imagen que la mujer no quiere mirar. De la misma forma la mujer está marcada dos veces, esto permite leer que hay una identidad construida en base a los mismos valores presentados por la actividad comercial, los medios y la moda, construyendo sociedades con falta de conciencia individual y pérdida de cohesión social.
Los contenidos culturales que se aprecian claramente en la obra de Rosler son sociales y políticos que tienen como función social una generación de crítica y conciencia. Esta crítica hacia la política, la guerra, la industria comercial, los medios masivos de comunicación, el rol asignado a la mujer en una sociedad en guerra y la moda es constituida por una imagen que es disonante y chocante, que es doloroso y placentero de ver al mismo tiempo.

Alex DeLarge en La Naranja Mecánica


Anthony Burgess el escritor de la novela y en la cual se basa la película “La naranja mecánica” visionaba en la década de los 60 a los jóvenes ingleses como personas que se revolucionaban ante la autoridad, el orden y el respeto básico de una comunidad. Durante esta época los ingleses empezaron a sentir lo que iba a ocurrir con la llegada del rock and roll, las nuevas modas, los medios de comunicación, la revolución sexual y el auge de las pandillas. Alex DeLarge interpretado por Malcolm MacDowell es el protagonista de la historia que se desarrolla en Londres, un personaje que disfruta la ultra violencia como él la denomina, las drogas, el sexo desenfrenado, el poder y la manipulación.
El personaje tiene como eje central su egoísmo y su superioridad reflejada especialmente en la relación que mantiene con sus amigos de pandilla, quiere mantenerse un escalón arriba y ejercer su supremacía por medio de la violencia que ejerce sobre ellos. Una persona que no tiene ninguna consideración sobre el concepto de familia y mucho menos sobre el respeto hacia los mayores y la figura femenina que solo sirve como objeto sexual. La prepotencia y el voluntarismo hacen que se sienta una persona libre, libre para saciar sus deseos más retorcidos. Esto no quiere decir que sea una persona incapaz, tiene muchos conocimientos y habilidades que utiliza para lograr sus fines, por medio del uso de la religión la cual no tiene cabida en su ser y que es claramente presentada en la escena en la cual se imagina azotando a Jesucristo, logrando salir de prisión y someterse al tratamiento para regenerarse. Estas son características de las nuevas generaciones, muy desligadas de sus padres que han perdido autoridad, sin un fin o ideal de vida, con hambre de satisfacer a priori sus necesidades y también sus caprichos, buscando estrategias para conseguir lo anhelado por medio del engaño, actos premeditados y calculados que sirven para enmascarar su verdadera identidad o simplemente enmascarar una identidad que no está construida. Aquí la autodeterminación del sujeto está forjada pero sin ningún tipo de base que sea guiada para lograr un individuo que sea capaz de tener una sensibilidad social, una muy pobre construcción de personalidad que en algunas facetas de la película parecen aptas de un niño, un niño consiente de lo que hace pero sin querer tomar una postura frente a ello.
Desde el punto de vista de la seducción, con diferentes artimañas especialmente la del humor y la ironía, el personaje logra crear un lazo con el espectador que en apariencia es negativo, pero que a medida que transcurre la narración se convierte en algo positivo llegando 
a que al final de la película logre una afirmación de la compasión que produce ser victima. Muchos de los pensamientos del personaje tienen ese humor cínico porque se comparten con el público que no lleva a la acción aquellos imaginarios, como ser el rey rodeado de mujeres dispuestas a satisfacer cualquier deseo, o ser un gran guerrero matando sin piedad. Su elegante forma de hablar y su fluido vocabulario también logran seducir dándole un toque de sofisticación y de educación, su conocimiento y gusto por la música de Beethoven sorprende a más de una persona que termina usando eso como arma que lastima. En la última parte de la película el personaje transmite mucha lástima, parece que es la víctima del boicot político que busca soluciones sin importar los medios como bien lo clarifica el ministro cuando indica que no importa si el individuo tiene libre albedrío, lo importante es la funcionalidad del método Ludovico; esto demuestra que el personaje en realidad no está rehabilitado o curado, Alex aún tiene esa misma forma de ser y pensamientos, solo que el malestar y el dolor físico no lo dejan actuar como a él le gustaría. Esta seducción se ve aumentada por el actuar de las diferentes personas o instituciones que lo rodean, qué tan culpables serán los padres que habitan un lugar lleno de consumismo, o el tutor que lo guía de forma mezquina, o la iglesia que cae ante su manipulación, o el andamiaje político y partidista que lo usa como objeto mediático para generar atracción masiva. Victimario y víctima a la vez Alex DeLarge termina recibiendo una pensión, un reconocimiento a la vida fácil que llevaba antes de parar en la cárcel, una situación que lo deja en circunstancias parecidas a las iniciales, libertad, riqueza material o comodidad y egocentrismo frente a la atención recibida, características de la sociedad  moderna.